Los últimos trabajos arqueológicos en el yacimiento han sacado a la luz varios hornos metalúrgicos y un conjunto de 28 monedas, entre las que destaca una del rey ostrogodo Totila.
Durante el mes de septiembre se ha llevado a cabo la sexta campaña de excavaciones arqueológicas en la ciudad visigoda de Valencia «la Vella», situada en el término municipal de Riba-roja de Túria (Valencia).
Valencia «la Vella» era una ciudad visigoda fortificada de nueva creación, construida en la segunda mitad del siglo VI y, después de la reciente revisión, con más de 5 ha de superficie. Su muralla constituye hoy en día el elemento más relevante del yacimiento. Hasta ahora, se han excavado unos 300 m2 y se ha establecido un perímetro amurallado teórico de unos 981 m, de los que por ahora se han documentado unos 416 m.
El asentamiento arqueológico de Valencia «la Vella» representa uno de los hallazgos más importantes descubiertos en la Península Ibérica, con un origen que se remonta a finales del siglo VI.
En la campaña de 2021 se ha optado (como en 2020) por una intervención arqueológica profesional (sin la realización del curso de arqueología, debido a la pandemia), con la colaboración de la empresa Global Mediterránea y de algunos estudiantes de la Universidad de Valencia.
Los trabajos de excavación han sido dirigidos por Miquel Rosselló, Francesc Rodríguez (ICAC) y Alejandro Lara, veteranos de otras campañas. Josep M. Macias (ICAC), ha codirigido los trabajos y se ha encargado de la topografía de la excavación. La coordinación general del proyecto ha sido a cargo de Albert Ribera.
La intervención forma parte del proyecto de investigación i difusión impulsado, desde 2016, por el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria (Regidoría de Turismo y Patrimonio) con la colaboración y supervisión científica del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC). La actuación cuenta, al igual que en años anteriores, con la financiación del Ayuntamiento y del Área de Cultura de la Diputación de Valencia.
Con unas reminiscencias arraigadas sobre el reino visigodo emanado de Toletum, Valencia “la Vella” cumplió una función protectora sobre el avance de la expansión romana.
Las últimas excavaciones han vuelto a constatar la monumentalidad interior de la ciudad visigoda, reflejada, por ejemplo, con el gran muro de cerca 2,10 m de ancho que, al mismo tiempo, delimitaba la plaza principal de la ciudad baja y serviría de base a una muralla interior que separaba distintas zonas interiores de la ciudad.
En este sentido, los resultados de la campaña de 2021, aún en fase de estudio, confirman la distinción entre, al menos, tres barrios o sectores urbanísticos diferentes dentro de la ciudad visigoda: la Ciudadela (o acrópolis), el barrio intermedio y la zona baja. Esta última abasta casi la mitad del yacimiento y acoge dos edificios públicos monumentales.
En el interior de la ciudad visigoda se distinguen al menos tres barrios o sectores urbanísticos.
La Ciudadela se extendía al norte y al oeste a lo largo del espacio más elevado, en forma de medialuna, y estaba presidido por un monumental edificio, en curso de excavación y estudio. Albergaría alguno de los estamentos privilegiados de la sociedad de la época, posiblemente el religioso. Los trabajos han sacado a la luz una buena parte de su fortificación interior que, en gran parte, estaba escondida por la densa vegetación intrusiva que últimamente está afectando al yacimiento.
Cada vez es más evidente que el barrio intermedio alojaría actividades productivas (fabricación de cristal, grandes tinajas de almacenamiento de cereal, hornos pequeños -posiblemente metalúrgicos, que aún hay que estudiar e identificar-) y de vivienda de buena parte de la población. Los nuevos hallazgos certificarían todavía más la función utilitaria de este barrio situado entre la parte superior, la ciudadela e la inferior.
Las excavaciones que se han llevado a cabo durante los últimos años han permitido rescatar, entre otras, más de 200 monedas de bronce y distintas monedas de oro del rey Leovigildo.
Este año se han hallado 28 monedas, entre romanas, bizantinas del norte de África y visigodas. Destaca una moneda, acuñada en Roma, del rey ostrogodo Totila, muerto el año 552, que parece ser muy rara en el territorio hispánico. Oscar Caldés, colaborador del proyecto y veterano de las excavaciones en el yacimiento, se ha encargado del tratamiento y estudio de estas y de las más de 250 monedas que se han recuperado a lo largo de las diferentes campañas arqueológicas en el yacimiento.
El tercer barrio topográficamente diferenciado sería el de la parte baja, donde se concentran los edificios más monumentales, identificados por excavaciones de hace 40 años y otras más, bien visibles en fotos aéreas y mapas antiguos. Desafortunadamente, la parte baja de momento no es accesible a la investigación.
Los trabajos de 2021 han permitido delimitar la ciudad y la muralla que la envuelve, con más de 400 m2 y ocho torres.
Las cinco campañas anteriores (2016-2020) habían definido el marco cronológico principal del yacimiento, entre finales del siglo VI e inicios del VIII, habían confirmado la categoría urbana de Valencia «la Vella». La existencia de varios edificios monumentales, entre otros indicios, ponen al descubierto una vida cotidiana muy dinámica con un uso abundante de la moneda (visigoda, bizantina, vándala, romana reutilizada…). También, de fabricación de vidrio, almacenamiento de cereal en grandes tinajas y consumo normal de productos importados del Norte de África, Siria-Palestina y el Egeo (sobre todo aceite y vino, pero también vajilla).
Dificultades a la conservación del territorio
En la campaña de 2021 se ha llevado a cabo una intensa limpieza de una planta invasora (el falso mirto: Murraya paniculata), que está invadiendo el yacimiento y deteriora las murallas y algunos de los edificios excavados hace 40 años (1978-1980). Gracias a esta tarea de limpieza se han puesto de nuevo a la vista dos torres de la muralla exterior, el gran muro de un edificio monumental y parte del empedrado de la plaza principal de la ciudad.
Todavía hay muchos segmentos ocultos por la vegetación o los terraplenes, además de los de la parte occidental, en gran parte destruidos por la RENFE y obras ilegales en el interior del yacimiento entre 1978 y 1980, que se podrán restituir gracias a las fotos aéreas antiguas. Es con este sistema que ya se ha identificado el acceso principal a la ciudad y ocho torres de un máximo teórico de 25 o 28.
Una de les asignaturas pendientes de Valencia “la Vella” es la reparación de los grandes daños ocasionados en la parte occidental del yacimiento el año 1978 durante la construcción del paso elevado de tren, aún existente en la actual línea de FGV (actual entidad responsable de la infraestructura).
Un proyecto de futuro
El Ayuntamiento de Riba-roja de Túria convertirá el yacimiento en un Parque Arqueológico de carácter científico, educativo y turístico, con el objetivo de dar a conocer las interioridades de la época y hacer accesible a todo el mundo este inmenso tesoro monumental e histórico que es Valencia “la Vella”.
Para conseguirlo, se está trabajando en la finalización del Plan director del yacimiento, con la ayuda de una subvención de la Consejería de Cultura, que será el primer paso para la creación del gran (por dimensiones y contenido) Parque Arqueológico, dentro del Parque natural del Turia y bien cerca de una parada de metro.
Mientras tanto, en 2022 se prevé que se abra al público una parte del yacimiento. Concretamente, el barrio intermedio con una buena parte de la muralla meridional, que corresponde a las zonas donde más se ha trabajado en los últimos años.
Así mismo, el Ayuntamiento de Riba-roja de Túria ha adquirido un chalé situado en la parte occidental del yacimiento a fin de disponer de un centro de interpretación del yacimiento. Se cuenta con una importante ayuda de la Agencia Valenciana de Turismo para adecuar el lugar a las visitas.