Un nuevo estudio publicado en la revista PLoS ONE compara datos biomoleculares, antropológicos y arqueozoológicos de la necrópolis romana de Villa de Madrid (Barcelona, Catalunya).
Personal investigador de la Universidad de Valencia (UV), el Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) y la Universidad de Vic (UVic) ha reconstruido la composición de las comidas funerarias en una necrópolis de la franja occidental del Imperio Romano y ha descubierto más información sobre los rituales que acompañaban el difunto al otro mundo.
La investigación ha identificado que, si bien en la Antigua Roma el tránsito al más allá era un hito social clave, los alimentos que se consumían durante las comidas funerarias eran principalmente alimentos básicos del día a día. El equipo ha descubierto un alto grado de similitud entre los tipos de carne que se consumen habitualmente y los que se ofrecían en los banquetes funerarios, lo que sugiere que la importancia del viaje al más allá no era suficiente para compensar el uso de alimentos más caros en estas comidas.
El rito de paso al más allá en la Antigua Roma
Una de las formas de expresar las diferencias económicas y sociales entre los individuos en la sociedad romana era a través de los rituales de comida funeraria
El tránsito hacia el más allá en la religión romana era un hito social clave que debía alcanzarse después de la muerte a partir de varios rituales funerarios. Parte de estos rituales consistían en ofrendas funerarias, banquetes y sacrificios de animales, llevados a cabo para garantizar la protección de las divinidades y la memoria de los difuntos. Sin embargo, se sabe poco de la composición de estas ofrendas, aparte de la información que ofrecen las fuentes escritas.
El nuevo estudio publicado en la revista PLoS ONE presenta una investigación multidisciplinar que explora los banquetes funerarios mediante un enfoque directo con el que analiza los isótopos del colágeno humano y animal, al tiempo que estudia los restos esqueléticos humanos y el conjunto arqueozoológico presente en la necrópolis.
El análisis de isótopos a partir de casi 100 ejemplares humanos y de fauna, combinado con el estudio osteológico de los restos humanos (edad, sexo y estado de salud) de los entierros y restos faunísticos de las comidas y ofrendas funerarias, ha revelado nuevas ideas sobre el “esplendor” real de los banquetes y un posible tratamiento diferencial de los difuntos que perpetuaría las diferencias sociales en el más allá.
En el estudio han contribuido Domingo C. Salazar-García, investigador de la Universidad de Valencia, Lídia Colominas, investigadora del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, y Xavier Jordana, investigador de la Universidad de Vic y la Universidad Central de Cataluña. La investigación ha recibido financiación de la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación (EUR2020-112213 & RYC-2019-026732-I) y de la Generalitat Valenciana (CIDEGENTE/2019/061).
Una comida funeraria no tan emocionante
Para este estudio, el equipo investigador ha combinado las técnicas arqueozoológicas y antropológicas tradicionales con la arqueología biomolecular, a fin de estudiar la composición de isótopos estables de carbono y nitrógeno de los alimentos animales y huesos humanos. La utilización de este enfoque multiproxy ha permitido la reconstrucción de la composición de los banquetes funerarios de las comidas y alimentos reales que el difunto había consumido regularmente durante la vida.
Al contrario de lo que se espera de las pomposas comidas funerarias romanas, parece que la población común no hacía una gran fiesta y utilizaba los mismos alimentos comunes que durante la vida cotidiana para los banquetes. Estos alimentos eran principalmente carne de cerdo y ternera, seguidos de cabra y pollo. No existían muchos alimentos exóticos, ni animales salvajes, ni alimentos acuáticos.
Además, la mayoría de los entierros ni siquiera presentaban ofrendas de comida, ni sus familias hacían banquetes de ningún tipo, pese a que estos rituales estaban estipulados por ley. «Hemos podido demostrar que la gente común no siempre cumplía la ley en cuanto a las fiestas funerarias, y cuando lo hacían, gastaban pocos recursos económicos en las comidas funerarias”, explica Domingo C. Salazar García, autor principal e investigador del CIDEGENTE de la Universitat de València.
El dinero es dinero, y sea cual sea la importancia del más allá en la antigua sociedad romana, claramente la prioridad eran las personas vivas. Las microresistencias a las reglas no razonables establecidas ya estaban presentes en ese momento, Domingo C. Salazar.
¿Diferencias sociales en el más allá?
Es bien sabido que en la Antigua Roma había diferentes estratos sociales, y que la riqueza y el estatus político eran de primordial importancia en la jerarquía social. En la necrópolis de la Villa de Madrid, los humanos enterrados eran principalmente personas con un poder adquisitivo limitado. «Esto lo sabemos tanto por la sencilla tipología de los entierros, como por el estudio antropológico que indicaba una esperanza de vida muy baja en esta población», dice Xavier Jordana, antropólogo físico y profesor asociado de la UVic-UCC, que analizó las restos esqueléticos humanos.
Es difícil extrapolar al sitio si la jerarquía social se tradujo al mundo simbólico del más allá al que fueron transportados los difuntos una vez muertos. Sin embargo, el estudio documenta un alto consumo de carne por parte de los hombres adultos durante su vida y una mayor presencia de ofrendas en los entierros de hombres adultos.
Por lo tanto, “estas diferencias en el ritual y la dieta probablemente muestran desigualdades sexuales durante la vida que podrían extrapolarse al más allá a través de los rituales funerarios. Es evidente que una de las maneras en la sociedad romana de expresar las diferencias económicas y sociales entre los individuos era a través de los rituales de comida funeraria”, dice la autora principal Lídia Colominas, investigadora Ramón y Cajal del Instituto Catalán de Arqueología Clásica.
Los resultados abren la puerta a nuevos estudios
Este primer estudio es sólo una primera visión de la gran cantidad de información que la combinación del análisis biomolecular y la arqueozoología y la antropología tradicionales pueden revelar sobre la estructura social, el comportamiento simbólico y el más allá relacionado con las prácticas dietéticas y los banquetes funerarios.
Un análisis más detallado de los isótopos de estroncio podría informar sobre la procedencia individual, la proteómica y los microrrestos del cálculo dental nos dará información más detallada sobre los alimentos no habituales y vegetales consumidos por el difunto en vida, y el ADN aportará información sobre su ascendencia. Además, estudios como éste deben realizarse en necrópolis de toda la Antigua Roma, incluida la época republicana anterior.
«Food for the soul and food for the body. Studying dietary patterns and funerary meals in the Western Roman Empire: an anthropological and archaeozoological approach», PLoS ONE 17(8): e0271296
Autores: Domingo C. Salazar-García, Lídia Colominas, Xavier Jordana.
DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0271296