Los días 22 y 23 de noviembre se presentaron más de 66 trabajos en el IV Congreso Internacional de Arqueología y Mundo Antiguo Tarraco Bienal, que ha coincidido con la VII Reunión de Arqueología Cristiana Hispánica. Con el título de El cristianismo en la Antigüedad tardía: nuevas perspectivas, esta edición de la Tarraco Biennal ha tenido tanta respuesta que los organizadores se vieron obligados a programar presentaciones en dos espacios en paralelo.
Tarraco Bienal se consolida, pues, como un referente de la arqueología y el mundo antiguo, con más de 150 personas inscritas; la mayoría investigadores españoles, pero también de Portugal, Italia, Austria y Polonia. Los promotores de la iniciativa son el catedrático de la URV e investigador del ICAC Joaquín Ruiz de Arbulo, Andreu Muñoz (Museo Bíblico – ICAC) y Jordi López (ICAC).
Esta es la cuarta edición del congreso internacional Tarraco Bienal, una iniciativa promovida en 2012 por la Fundación Privada Mutua Catalana y que cuenta con el apoyo de todas las instituciones y entidades vinculadas al patrimonio de la ciudad de Tarragona. Todos los trabajos que se han expuesto estos días en Tarragona se publicarán de forma más extensa en un libro que verá la luz en 2019, como se ha hecho en ediciones anteriores.
Las sesiones del viernes por la mañana aglutinaron la mayoría de presentaciones de los investigadores tarraconenses, que hicieron sus intervenciones en el Aula Magna del Campus Catalunya de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona). Jordi López, del Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) arrancó la jornada haciendo un balance de las investigaciones de los últimos 25 años en arqueología cristiana en Tarragona. Un cuarto de siglo en que se han publicado documentos muy relevantes sobre el cristianismo antiguo.
Entre los hallazgos arqueológicos de los últimos 25 años, López destacó la basílica que se excavó el año 1995 en el norte del rio Francolí, datada en la primera mitad del siglo V y que estuvo en uso menos de un siglo; una re-excavación de la basílica de San Fructuoso con diferentes hallazgos; las excavaciones en la parte de poniente de Tarragona, entre la necrópolis y la ciudad; y los hallazgos de diferentes enterramientos. También, las excavaciones y reinterpretaciones de la basílica del anfiteatro, que señala el lugar exacto del martirio de San Fructuoso.
Tarragona es una de les sedes más antiguas del cristianismo y sus huellas arqueológicas tienen una gran relevancia: la necrópolis paleocristiana, la basílica visigótica en el anfiteatro y el conjunto tardo-romano de Centcelles (Constantí), donde se continúan haciendo trabajos arqueológicos en profundidad, son muestras bien evidentes de ello.
Durante la segunda jornada del congreso se habló también del conjunto eclesiástico de Tarragona y de los elementos decorativos que se han encontrado en las excavaciones, del área portuaria y de su importancia en el dinamismo social y económico de la época, y de los escenarios de culto a los santos en la Tarraco de la antigüedad tardía.