Unas jornadas sobre espacios de canteras históricas, organizadas por el IGME (Instituto Geológico y Minero de España) el pasado noviembre en Madrid, dieron pie a la creación de la Mesa interdisciplinar sobre piedra natural y canteras históricas, que se constituyó formalmente el 8 de abril de 2019.
Esta plataforma de trabajo pretende articular distintas instituciones públicas para crear una figura de protección del espacio de cantera desde diferentes puntos de vista (histórico, arqueológico, patrimonial y documental) que garantice la posibilidad de explotación, de cara a futuras intervenciones.
Una plataforma de trabajo interinstitucional para la protección de los espacios de canteras históricas
El ICAC es una de las instituciones representadas en la Mesa, junto con otras tres instituciones científico-técnicas (el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, la Sociedad de Investigación y Explotación Minera de Castilla y León, y el Instituto Tecnológico de Rocas Ornamentales y Materiales de Construcción), algunas universidades (como la Universidad de Granada o la Universidad de Salamanca, entre otras), instituciones culturales (como el ICOMOS o el RABSF, entre otras) y distintas instituciones de la administración local, autonómica y general (como el IGME, el IPCE o el CSIC).
La investigadora que representa el ICAC en este proyecto es Anna Gutiérrez Garcia-Moreno, coordinadora de la Unidad de Estudios Arqueométricos del ICAC y experta en canteras y la explotación de la piedra en la Antigüedad, temática sobre la que ha publicado extensamente. Así mismo, la doctora Begoña Soler Huertas (Universidad de Murcia), investigadora adscrita y miembro del equipo ArPA del ICAC, forma parte también de la Mesa.
El pasado 8 de abril asistieron al primer encuentro de la Mesa y participarán en las sesiones de trabajo que tendrán lugar los próximos meses.
La Mesa interdisciplinar sobre piedra natural y canteras históricas permitirá debatir temas de especial interés, como las metodologías de investigación, la importancia de la multidisciplinariedad en los equipos de trabajo, el aprovechamiento y el retorno a la sociedad de los espacios de cantera –especialmente en las poblaciones donde se ubican–, el incremento de la presencia del sector productivo en el ámbito de la cultura, o la identificación y garantía de las canteras históricas en los planes generales de ordenación urbanística.