La visita de la doctora Efrosyni Boutsikas nos transportó a los rituales religiosos de la antigua Grecia y el papel que los astros y las constelaciones tenían en el imaginario colectivo de nuestros antepasados.
La investigación de Boutsikas combina reconstrucciones digitales del cielo nocturno de la antigüedad con modelos virtuales de estructuras religiosas de la antigua Grecia.
Para nosotros es difícil imaginar cómo se veía el cielo en aquella época, cuando no había la contaminación lumínica y atmosférica con la ahora convivimos, pero las reconstrucciones digitales (con big data del ámbito de la astronomía) permiten hacer una aproximación a las condiciones atmosféricas del momento.
Los monumentos no son solo espacios físicos, sino una idea: contienen recuerdos, significados y la memoria colectiva de una comunidad.
El estudio del entorno arquitectónico de determinados monumentos, por otro lado, nos permite ver dónde se hacían los rituales religiosos. Boutsikas combina las dos aproximaciones para facilitar una mejor comprensión de cómo se vivía el movimiento espacial en la antigüedad, su emotividad y su experiencia cognitiva. Sus estudios buscan descubrir al visitante contemporáneo cuáles eran estos significados para las personas que usaban los templos, en la antigua Grecia, con una finalidad espiritual o religiosa.
Durante la conferencia se expusieron tres ejemplos: el templo de Apolo de Bassae, el santuario de Artemisa Ortia (Sparta) y la Acrópolis de Atenas. En estos monumentos, la disposición de los elementos, lejos de ser casual, denota el conocimiento que los habitantes de aquella época tenían del movimiento astral y cómo lo utilizaban para medir y dotar de significados el paso del tiempo.
En la antigua Grecia el conocimiento de la astronomía era un conocimiento popular. Tenía distintos usos prácticos (por ejemplo, en la planificación de las tareas agrícolas), pero tenía también un papel destacado en la configuración del imaginario popular. En los rituales religiosos nocturnos, las esferas real y mítica funcionaban al unísono.