Durante los últimos meses, un equipo de investigación coordinado por Francesc C. Conesa (GIAP, ICAC) y Nuria Álvarez (Museo Arqueológico de Benahoarita, MaB) ha estado siguiendo de cerca la erupción volcánica en curso en la isla de La Palma en las Islas Canarias.
El equipo ha accedido y examinado el área de exclusión del volcán de La Palma, junto con los flujos de lava, para mapear y documentar el patrimonio cultural amenazado por las coladas y la ceniza.
La actividad eruptiva comenzó el 19 de septiembre de 2021 en un área conocida localmente como Cabeza de Vaca, en la parte occidental de la cordillera volcánica Cumbre Vieja, y se expandió al norte y al sur del Valle de Aridane. En la actualidad, la actividad eruptiva finalmente se ha detenido, pero todavía se considera activa. Por ahora, los flujos de lava emergentes han cubierto más de 1.200 hectáreas y destruido más de 1.600 edificios e infraestructuras relacionadas, como carreteras y tierras agrícolas.
Los tres municipios que han estado bajo alerta roja y que han sido parcialmente evacuados (Los Llanos, El Paso y Tazacorte) tienen una historia arraigada de uso agropastoral; sus paisajes culturales reflejan la historia indígena, histórica y más reciente de La Palma, que van desde tierras de pastoreo hasta parcelas agrícolas fuertemente antropizadas salpicadas de cientos de viviendas tradicionales canarias.
Sin embargo, como explica Conesa, «aunque esta es quizás una de las erupciones volcánicas más vigiladas de los últimos tiempos, poco se sabía sobre la pérdida o potencial pérdida de elementos arqueológicos y etnográficos y edificios históricos, ya que la región tenía unos inventarios de patrimonio limitados o parciales».
«Necesitábamos con urgencia un mecanismo rápido para monitorear sistemáticamente los flujos de lava y la gran cantidad de cenizas que amenazaban la visibilidad y preservación de sitios arqueológicos e históricos conocidos”, continúa Francesc C. Conesa.
Para hacerlo, el equipo ha utilizado datos geoespaciales heredados, que van desde imágenes aéreas históricas a toponimia y cartografía anterior al evento eruptivo, para mapear los paisajes históricos del Valle de Aridane, aunque se hayan perdido muchas áreas.
Podéis conocer más detalles de la tarea investigadora del equipo en este hilo de Twitter en que el investigador del equipo GIAP del ICAC Francesc C. Conesa nos explica cómo un grupo de arqueólogos ha continuado trabajando dentro de la zona de exclusión del volcán de La Palma para documentar el patrimonio cultural amenazado por las coladas y la ceniza:
Ahora que el volcán de La Palma descansa, os contamos…
… cómo un grupo de arqueólogos continúa trabajando dentro de la zona de exclusión para documentar el Patrimonio Cultural amenazado por las coladas y la ceniza.
Con @GIAP_ICAC @invest_ull @IslasDeCultura
⬇️ Hilo 🧵 pic.twitter.com/fFmKsJTC6R
— Francesc C. Conesa (@fc_conesa) December 22, 2021
La evaluación remota también ha utilizado sistemáticamente datos geoespaciales abiertos y accesibles del servicio de cartografía rápida del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, que se activó el primer día de actividad eruptiva (código EMSR546) y ya ha producido más de 63 productos cartográficos.
Además, el Gobierno de La Palma ha creado un portal geoespacial (Riesgo Volcánico) con imágenes de drones actualizadas diariamente y otra información espacial relacionada con la actividad volcánica y sísmica en la zona.
“Hemos combinado el monitoreo remoto del área afectada con estudios de campo específicos y fotogrametría con drones dentro del área evacuada”, comenta Núria Álvarez (MaB).
Los investigadores han seguido estrictamente los protocolos de seguridad de los Comités Científicos de Pevolca, es decir, el Plan de Emergencia Volcánica que está supervisando todas las acciones científicas y de emergencia en el área del volcán. El equipo de reconocimiento ha sido supervisado por el profesor Ramón Casillas (Universidad de La Laguna), un vulcanólogo de renombre y miembro del Plan PEVOLCA que ha estado trabajando en el área del volcán desde el primer día de la erupción.
“Nuestro trabajo en La Palma puede contribuir a avanzar en las futuras directrices y protocolos para la vigilancia y salvaguardia remota del patrimonio en riesgo en Canarias y en otros escenarios similares en otros lugares”, concluye Conesa. A medida que el volcán consolida su final y se enfría, el equipo está preparando un documento de investigación y planificando la próxima campaña de estudio de campo en el área del volcán.
Seguid atentos a nuestras webs (ICAC y GIAP) y redes sociales (Twitter ICAC y GIAP) para saber más sobre nuestra investigación en La Palma!