Una investigación liderada por la UAB descubre los restos de seis animales muertos quemados dentro de un establo en Bellver de Cerdanya, en el Pirineo de Lleida, hace 2.200 años.
Víctimas de un incendio violento que podría estar relacionado con el paso del ejército cartaginés, el ganado ha aparecido junto con algunos objetos de valor de los habitantes, como un pendiente de oro. El hallazgo ha permitido reconstruir las pautas económicas de estos habitantes, donde la ganadería tuvo un peso importante.
Una investigación en el yacimiento arqueológico de Tossal de Baltarga, en Bellver de Cerdanya (Pirineo de Lleida), ha sacado a la luz los restos carbonizados de un edificio a causa de un incendio hace 2.200 años, en la edad del hierro. El edificio tenía dos plantas y el fuego provocó que el techo, las vigas de soporte y el piso superior de madera se desplomasen.
Lídia Colominas (GIAP, ICAC-CERCA) ha llevado a cabo el estudio osteológico de los seis animales que se encontraron quemados en el piso inferior del edificio
El equipo de investigación, encabezado por el profesor del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB Oriol Olesti, ha encontrado los restos carbonizados de un caballo, cuatro ovejas y una cabra, junto a objetos de valor como un piquete de hierro y un pendiente de oro escondidos dentro de una olla.
También se han encontrado cereales como avena y cebada, y algunos recipientes de cocina enteros, con residuos que demostraban que las personas que utilizaban el edificio habían consumido leche y queso y comido guisos de cerdo y cordero.
Los hallazgos muestran una economía compleja
El estudio pone de manifiesto la diversidad de prácticas que se llevaban a cabo en un asentamiento pirenaico a la edad del hierro: ganadería, para obtener y producir lana, carne, leche, estiércol, tracción y monta; agricultura; explotación forestal; y minería.
La importación de algunos recipiens cerámicos y la presencia de varias monedas de Emporio y del sur de la Galia indican un comercio modesto, pero eficaz, con las comunidades vecinas. Por tanto, la compleja economía de estos pobladores, indica, para Oriol Olesti (UAB), investigador principal de la investigación, “una sociedad de la edad del hierro adaptada a su entorno y capaz de aprovechar sus recursos a las tierras altas, y también muestra su contacto con otras comunidades».
El paso de las tropas de Aníbal
El Tossal de Baltarga era un lugar de residencia y punto de vigilancia de la comunidad ceretana con un importante asentamiento fortificado cerca, el Castellot de Bolvir. Parece que carecía de murallas defensivas, pero disponía de una excelente vista sobre el río y de las principales rutas de viaje.
Sabemos que Aníbal cruzó los Pirineos luchando contra las tribus locales, también probablemente contra los ceretanos. De esta expedición no se conservan muchos restos arqueológicos y el Tossal de Baltarga es probablemente uno de los mejores ejemplos, Oriol Olesti (UAB).
Una ganadería adaptada al territorio
La investigación, publicada el pasado 17 de mayo de 2024 en la prestigiosa revista científica Frontiers in Environmental Archaeology, es el resultado de un trabajo interdisciplinario en el que se han combinado diversas técnicas y aproximaciones de estudio.
La investigadora Lídia Colominas (miembro del grupo de investigación GIAP en el ICAC-CERCA y coordinadora de los estudios arqueozoológicos del yacimiento), ha llevado a cabo el estudio osteológico de los seis animales que se encontraron quemados en el piso inferior del edificio.
Su trabajo ha permitido documentar que los ovicaprinos eran adultos en el momento de su muerte y que, por tanto, estos animales se explotaban para la obtención de lana y leche. Además, es posible que también se utilizaran como reproductores, sin olvidar el uso de su estiércol para abonar los campos o como combustible. Esto sugiere que el valor de los productos que podían obtenerse de estos animales en vida era más importante que el de su carne. En relación al caballo, tenía 4 años cuando murió, edad en la que los caballos suelen considerarse adultos y se pueden empezar a montar.
La presencia de un bocado de caballo en la misma estancia podría indicar que ya se estaba entrenando para esta actividad, recalca Lídia Colominas.
El análisis de los isótopos estables de las cuatro ovejas, realizado por Chiara Messsana (IPHES-CERCA), a su vez, ha permitido evidenciar por primera vez que una de las ovejas practicó una movilidad altitudinal durante su segundo año de vida. El animal se trasladó a tierras menos frías en invierno y volvió a subir a los pirineos en verano.
Por tanto, según Lídia Colominas “la evidencia de una movilidad en al menos una de las ovejas confirma estos vínculos con la llanura, que probablemente deben relacionarse con la necesidad de sal y de pastos de invierno. A su vez, muestra la complejidad de las prácticas ganaderas llevadas a cabo en este asentamiento, donde sólo parte del rebaño se movía”.
El éxito de un trabajo interdisciplinario
La investigación ha contado con la participación de Oriol Olesti (investigador principal, miembro del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB); Jordi Morera, Joan Oller y Jose M. Carrasco (investigadores del mismo departamento); Anna Berrocal, Oriol López Bultó, Laura Obea, Nadia Tarifa y Joaquim Sisa López de Pablo (investigadores del Departamento de Prehistoria de la UAB), Lídia Colominas(investigadora Ramón y Cajal en el grupo GIAP del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, ICAC -BÚSQUEDA), Marta Portillo (Institución Milán y Fontanals del CSIC), Paula Tárraga (Univ. de Heidelberg) y Chiara Messana (IPHES-CERCA).
Consulta el artículo en acceso abierto
«The exploitation of mountain natural resources during the Iron Age in the Eastern Pyrenees: the case study of production unit G at Tossal de Baltarga (Bellver de Cerdanya, Lleida, Spain)», Front. Environ. Archaeol., 17 May 2024, Sec. Landscape and Geological Processes, Volume 3 – 2024, https://doi.org/10.3389/fearc.2024.1347394
Oriol Olesti, Jordi Morera, Joan Oller, Jose M. Carrasco, Lídia Colominas, Marta Portillo, Anna Berrocal, Oriol Lopez-Bultó, Laura Obea, Nadia Tarifa, Paula Tárraga, Joaquim Sisa-López de Pablo, Chiara Messana.
Una investigación de impacto
Los resultados del estudio han tenido un impacto mediático en varios medios de comunicación:
«Troben noves pistes del pas de l’exèrcit d’Anníbal per la Cerdanya», Diari ara, 17 de mayo de 2024.
«Descubren que un violento incendio congeló en el tiempo un aterrador crimen del siglo III a.C. en los Pirineos», La Razón, 17 de mayo de 2024.
«Archaeologists Reveal Iron Age Building Destroyed by ‘Violent’ Fire», Newsweek, 20 de mayo de 2024.
«’It was not a peaceful crossing’: Hannibal’s troops linked to devastating fire 2,200 years ago in Spain», LiveScience, 17 de mayo de 2024.
«A devastating fire 2,200 years ago preserved a moment of life and war in Iron Age Spain, down to a single gold earring», Phys.org, 17 de mayo de 2024.
Sobre el Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC-CERCA)
El Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC-CERCA) es un centro CERCA creado como consorcio en 2003 por la Generalitat de Catalunya y la Universidad Rovira i Virgili. Es una institución catalana con vocación internacional, puntera en la investigación y conservación del patrimonio arqueológico. Tiene su sede en Tarragona, ciudad reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000. Sus investigadores e investigadoras trabajan para comprender el pasado a través del estudio de los restos arqueológicos y promover la preservación del legado histórico. ¡Somos CERCA!
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